INTERCAMBIO PSICOANALÍTICO, 15 (1), 2024, pp 122 - 127
ISSN 2815-6994 (en linea) DOI: doi.org/10.60139/InterPsic/15.1.10
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PSICOANÁLISIS E INVESTIGACIÓN.
REFLEXIONES EN PRIMERA PERSONA.
PSICANÁLISE E PESQUISA.
REFLEXÕES EM PRIMEIRA PESSOA.
PSYCHOANALYSIS AND RESEARCH.
FIRST PERSON REFLECTIONS.
Beatriz M. Rodríguez
Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados
ORCID: 0009-0008-7177-8131
beatrizmrodriguez@gmail.com
Fecha de recepción: 04-06-2024
Fecha de aceptación: 21-06-2024
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Rodríguez B.M. (2024) PSICOANÁLISIS E INVESTIGACIÓN.
REFLEXIONES EN PRIMERA PERSONA.
Intercambio Psicoanalítico 15 (1), DOI: doi.org/10.60139/InterPsic/15.1.10/
Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional (CC By 4.0)
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Resumen: Ubicado en la intersección de las Ciencias Humanas y las Cien-
cias Naturales, el Psicoanálisis es aquel procedimiento del que nos ser-
vimos para indagar procesos anímicos difícilmente accesibles por otras
vías; pero es también un método aplicable a la totalidad de la experien-
cia, el pensamiento y la conducta humana, que alcanza tanto a las pro-
ducciones individuales, como a las grupales y comunitarias.
Haciendo uso del procedimiento que nos legara Freud, he propuesto una
minuciosa pesquisa, a partir de un número acotado de sucesos de su pro-
pia historia infantil, que deconstruyendo la leyenda biográca “política-
mente correcta” del maestro, reinterpretan su novela familiar de manera
razonable y verosímil, evidenciando cuán deudora resultó su teoría de su
momento histórico, de su cultura y de su tiempo, pero –sobre todo- de su
propia infancia.
Palabras clave: Freud – Método psicoanalítico – Leyenda biográca – Re-
lectura
Resumo: Situada na intersecção das Ciências Humanas e das Ciências Na-
turais, a Psicanálise é aquele procedimento que utilizamos para investi-
gar processos mentais de difícil acesso por outros meios; mas é também
um método aplicável à totalidade da experiência, do pensamento e do
comportamento humanos, que atinge tanto as produções individuais
como grupais e comunitárias.
Utilizando o procedimento que Freud nos deixou, propus uma investi-
gação detalhada, baseada em um número limitado de acontecimentos
de sua própria história de infância, que, desconstruindo a lenda biográ-
ca “politicamente correta” do professor, reinterpreta seu romance fami-
liar de uma forma razoável e de forma credível, evidenciando o quanto a
sua teoria devia ao seu momento histórico, à sua cultura e ao seu tempo,
mas - acima de tudo - à sua própria infância.
Palavras chave: Freud – Método psicanalítico Lenda biográca – Relei-
tura
Summary: Located at the intersection of Human Sciences and Natural
Sciences, Psychoanalysis is that procedure that we use to investigate
mental processes that are dicult to access through other means; but it
is also a method applicable to the totality of human experience, thought
and behavior, which reaches both individual and group and community
productions.
Using the procedure that Freud left us, I have proposed a detailed investi-
gation, based on a limited number of events from his own childhood his-
tory, which, deconstructing the “politically correct” biographical legend
of the teacher, reinterprets his family novel in a reasonable and credible
way, evidencing how indebted his theory was to his historical moment,
his culture and his time, but -above all- to his own childhood.
Keywords: Freud – Psychoanalytic method – Biographical legend – Rerea-
ding
PSICOANÁLISIS E INVESTIGACIÓN.
REFLEXIONES EN PRIMERA PERSONA.
Beatriz M. Rodríguez1
1 Doctora en Psicología Clínica;
Posdoctorada en Estudios
de Género; Psicoanalista,
Investigadora y ensayista. Socia
adherente de la AEAPG.
Actualmente desarrolla una
intensa labor en la clínica, en
investigación y en la docencia
académica de grado y de
posgrado
Autora, entre otros, de: El
hijo inconcebible; Climaterio
femenino; Avatares de la clínica;
Freud íntimo y El malestar en el
futuro, de reciente aparición, en
co-autoría
con Carlos Weisse.
.
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Apostilla preliminar
En tanto disciplina académica, el Psicoanálisis se ubica en la intersec-
ción de las Ciencias Humanas y las Ciencias Naturales; requiere enton-
ces sumar a sus destrezas, el discurso y metodología de la investigación
académica, para la exploración, producción y transmisión de nuevos co-
nocimientos.
Caracterizado por su enfoque cualitativo, utiliza la recolección de datos
sin medición numérica, para descubrir o anar preguntas de investiga-
ción que se distinguen por su riqueza interpretativa, por su amplitud, su
profundidad de signicados, y por la contextualización.
Además, como en la mayoría de los estudios cualitativos, no requiere
de la comprobación de hipótesis, que podrán generarse ulteriormente
durante el proceso, e ir renándose conforme se recaben más datos, o
bien ser un resultado del estudio.
Una “disciplina cientíca”
Los descubrimientos fortuitos son raras excepciones en el mundo del
saber; el conocimiento avanza mucho más guiado por la curiosidad pa-
ciente y disciplinada del investigador, que por imprevistos accidentes; y
en todos los casos la subjetividad atraviesa la racionalidad cientíca. En
otras palabras: la ciencia no es inocente, construye su objeto a partir de
la impronta que en la subjetividad del investigador dejan sus tiempos.
Así, el formidable edicio teórico del Psicoanálisis tiene sus cimientos en
el sesgo que tanto los prejuicios como los conocimientos de su época
dejaron en su creador, quien armaba que:
Psicoanálisis es el nombre: 1) de un procedimiento que sirve para indagar
procesos anímicos difícilmente accesibles por otras vías; 2) de un método
de tratamiento de perturbaciones neuróticas, fundado en esa indagación, y
3) de una serie de intelecciones psicológicas, ganadas por ese camino, que
poco a poco se han ido coligando en una nueva disciplina cientíca. (Freud;
1923)
De lo antedicho se desprende que todo psicoanalista es a la vez un inves-
tigador; y que el Psicoanálisis es un método apto para la investigación de
la experiencia, el pensamiento y la conducta humana, que alcanza tanto
a las producciones individuales, como a las grupales y comunitarias.
Como método clínico de investigación, permite evidenciar la signica-
ción inconsciente de las palabras, los actos y las producciones imagi-
narias (sueños, fantasías, delirios); basándose principalmente en las
asociaciones libres del sujeto en análisis, que garantizan la validez de la
interpretación.
Pero -por cierto-, la interpretación psicoanalítica puede extenderse tam-
bién a numerosas producciones humanas para las que no se dispone de
asociaciones libres, tales como mitos, creencias religiosas, obras litera-
rias, cine, artes plásticas u otras manifestaciones de cultura.
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Deconstrucción
Quienes se hayan dedicado a la investigación en el campo del Psicoa-
nálisis, difícilmente se sorprendan al encontrar en las formulaciones
freudianas tardías, numerosas concepciones que ya aparecían –o eran
claramente discernibles- en sus primeros escritos: aquello que –según
creo- Freud siempre supo, aunque debiera esperar años para plasmar
en su teoría.
Pero, en el conocimiento de los demás, la comprensión de sí mismo fue
el invariable punto de partida, tan necesario como suciente: “Siempre
me resulta extraño no entender a alguien en función de mismo”, le
escribió a Martha1, su prometida2. Casi una década más tarde3, Fliess
atacaría a Freud con el mismo argumento: “el lector del pensamiento lee
en los otros solamente sus propios pensamientos”.
Así es que, gran parte de sus escritos lleva la huella de su propia vida; y,
en todo caso, a pesar de aparentes y muy razonables reticencias, Freud
hizo todo lo posible para que llegara hasta a nosotros –salvo en lo que a
su madre se reere- la más extrema divulgación de sí mismo. Como en
un sueño recurrente, escribió y reescribió su propia historia, procurando
recuperar y corregir sus recuerdos, acercándolos en todo lo posible a
una idealizada infancia. Consecuentemente, la historia ocial no dio ni
un paso más allá del punto en que el maestro detuvo los suyos.
Luego, pese a que fue él mismo quien en el “libro de los sueños” puso
límite a su propia sinceridad...
…no pude resistir, naturalmente, a la tentación de truncar muchas indiscre-
ciones, omitiendo y suplantando algunas cosas. Cada vez que procedí de tal
manera no pude menos de perjudicar sensiblemente el valor de los ejemplos
utilizados (Freud; 1900).
...sus escritos ofrecen incontables claves para deconstruir su leyenda;
entretejiendo conictos personales y estrategias pedagógicas. De he-
cho, no fue sino él quien -en nombre de la ciencia- se avino a discutir
abierta y generosamente numerosos detalles de sus propios sueños, de
sus fantasías y pensamientos recónditos?4
El contexto en el texto
Alguna vez Simone De Beauvoir diría que la niñez no ocupa, en gene-
ral, más que un lugar secundario en las autobiografías masculinas; pues
bien, no es este el caso pues -como señalé- fue el mismo Freud quien
se encargó en numerosos de sus escritos de revelar gran cantidad de
material personal y proporcionar una importante reconstrucción de su
primera infancia.
Es por ello que, en la certeza de que conocer el vínculo entre el texto y su
contexto hace más apasionante la lectura de la obra freudiana -revalo-
rizando el lugar de la infancia como fuente genuina de las realizaciones,
logros e impedimentos de su vida-, he propuesto una minuciosa pesqui-
sa, a partir de un número acotado de sucesos de su historia temprana,
que no obstante diverge del relato habitual.
El procedimiento al que recurrí en esta modesta empresa no fue sino el
1 Carta del 29 de octubre de 1882.
2 Freud escribió a su prometida más de
novecientas cartas.
3 En 1901.
4 En La interpretación de los sueños y en
Psicopatología de la vida cotidiana, así
como en otros ensayos, y en su profusa
correspondencia con Fliess, donde no vaciló
en exponer con absoluta franqueza los más
íntimos detalles –estrictamente personales-
de su vida.
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mismo que nos legara Freud: abordando en parte sus ensayos como si
de sueños se tratara, y considerando al autor como su protagonista. Me
remití a sus textos y a las diversas referencias que guran en los mis-
mos, a la sinceridad selectiva de sus cartas a Fliess, o bien a los propios
dichos, relatos y asociaciones freudianos. Apelé asimismo a alusiones
bíblicas, con las que el maestro estaba sin duda familiarizado, y a otras
narraciones que posiblemente no desconociera, lo que me permitió
aprovechar estos materiales vinculándolos como tal vez él mismo lo hu-
biera hecho; aunque me atreví a extender mis indagaciones allí donde,
ejerciendo cierta censura, Freud interrumpió las propias.
Luego, ya que fue el mismo Freud quien transformó el sueño en un ob-
jeto apto para la investigación, hice lo propio con un par de sus sueños,
y las correspondientes asociaciones con que él los ilustrara. Pero como
fue el mismo soñante quien evitó comunicar -tal como él la conociera-,
la interpretación completa de cada uno de estos sueños, intenté alcanzar
su “punto oscuro” y deshacer el nudo de pensamientos que encierran;
ampliando luego su comprensión con construcciones admisibles, para
llegar nalmente a su núcleo siguiendo la secuencia aplicada a estos por
el maestro.
Debo señalar que, en mi texto, la profusión de citas del maestro procura
evitar malentendidos o confusiones respecto de lo que realmente consta
en sus escritos. De hecho, para la revisión de sus sueños, me valí de la
secuencia de ideas y evocaciones seguidas por el propio Freud; pero
agregué gran cantidad del material proveniente de diversos ensayos5,
tanto previos como posteriores que, como si se tratara de asociaciones,
habrían de conducir al despliegue de los pensamientos oníricos laten-
tes. Reuní así fragmentos esparcidos en diversos escritos freudianos.
Por cierto, se me podría señalar que muchas de las citas y referencias
no están ordenadas cronológicamente, a lo que debo responder que
tampoco lo están los pensamientos e ideas en la mente. Cuestionarse-
me también la aplicación del método clínico al estudio de sueños desti-
nados –en principio- solo a la ilustración de un trabajo teórico, toda vez
que su autor, que no era un paciente en análisis6, omitió expresamen-
te -en relación a los mismos-, exponer aquello que consideró inconve-
niente publicar en su momento7. Es cierto, además, que no conté con
la suma de las asociaciones de Freud, y que tampoco pude vericar mis
inferencias, como lo haría en la práctica clínica; pero no se trata de una
disculpa: mis hipótesis no pretenden ocupar el lugar de las conclusiones
freudianas, ni sugiero que él mismo las hubiera desconocido. Sé, por el
contrario, que las posibilidades que planteé no escaparon a la sagacidad
de Freud, si bien por las razones que conocerá el lector las retrajo de
cualquier posible divulgación.
El resultado no fue una biografía de Freud –tarea casi imposible que de
todas maneras se hallaba por completo alejada de mis intenciones-; sino
apenas la coherente reorganización de algunos datos ya conocidos, en
un nuevo conjunto; su lectura sin anacronismos, y la sugerencia de una
razonable y verosímil reconstrucción de los mismos.
5 Observaciones y comentarios explicativos,
referencias clínicas, notas, comparaciones y
otras alusiones.
6 Freud, empero, se consideraba un
paciente al que alguien trataba. En agosto
de 1897, mientras estaba de vacaciones,
escribió a Fliess: “El principal paciente que
me ocupa soy yo mismo… El análisis es más
difícil que cualquier otro…”
7 De acuerdo a Grinstein, Freud ocultó
deliberadamente un importante y revelador
material mediante omisiones, sustituciones
y posibles deformaciones.
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Por cierto, mi interpretación de los hechos fue algo distinta de la “versión
ocial”, que funciona como dogma, y por lo tanto menos disciplinada. No
me disculpo por ello, ya que evité en lo posible cualquier interpretación
que no estuviera garantizada por las propias revelaciones del maestro.
Después de todo no fue sino él quien insistió siempre en conocer «toda
la verdad, por dolorosa que fuese».
Colofón
Un estudio bibliográco y documental de la prolíca producción freudia-
na -de sus ensayos y escritos cientícos, así como de su prosa epistolar-,
me permitió encontrar a “Sigi”: el espectador infantil -desconcertado por
su entorno y sus inevitables circunstancias- que anhelaba devenir pro-
tagonista de su propia vida; conocer al niño capaz de fantasear acerca
de las más inconfesables aspiraciones, habitante de un tiempo y un con-
texto que forzaron la aparición de tales fantasías y que dieron más tarde
lugar a la construcción de sus teorías.
El análisis de cuatro dimensiones a las que -poéticamente- denominé:
“El legado paterno”; “Ecos del silencio”; “Un amor incondicional”, y “La
ilusión de un porvenir”, me llevó al cuestionamiento de equívocos (o en
todo caso inexactitudes) en la leyenda biográca “políticamente correc-
ta” del maestro.
Cada una de éstas es -en sí misma- un ejercicio lúdico y a la vez, frag-
mento de una investigación mayor con la que propuse una lectura des-
prejuiciada de los textos de freudianos, intentando develar algunos acer-
tijos que él mismo encerró en éstos.
Finalmente mi trabajo -reinterpretación de su novela familiar-, redun-
dó en el texto que lleva por título Freud íntimo (2017), y aunque es pro-
bable que los incidentes allí mencionados no sucedieran exactamente
del modo en que fueron narrados, en tanto recuerdos distorsionados,
resultan tanto o más reveladores que cualquier rememoración exacta.
Además “en el inconsciente no hay ninguna huella de la realidad”, por lo
tanto, no hay forma de diferenciar la verdad, de una cción cargada de
afecto.
De modo que puedo armar con satisfacción, que mi indagación reve-
ló –pese a la aspiración de atemporalidad que el mismo Freud buscara
para su teoría- cuán deudora resultó la misma de su momento histórico,
de su cultura y de su tiempo, pero –sobre todo- de su propia infancia.
Bibliografía
Rodríguez, B. M. (2017). Freud íntimo; Buenos Aires: Lugar editorial